martes, 28 de septiembre de 2010

ADIOS RON, AMIGO

 El propietario de la granja me dijo: este es el mejor de la camada. A mi hijo, que  me lo regalaba, le gustó, y por no contradecirle acepté. Era el más bicho de los hermanos, y continuó así durante un año, que nos sacaba él a pasear. Una época que mordía todo - y lo deglutía-,  aspersores, zapatillas guantes de cuero, arneses, plásticos..., ¡horrible! No son caricias los de esta foto; intentaba coger las gafas 


Fue amigo de todo el mundo, sobre todo de los niños y jóvenes  (incluso conocía a algunos por el nombre), como Blanca, Mosi, Victor, Ramón, Mar, y a sus amigos Frank y Julia (que se han quedado sin tener un hijo suyo, para "alegría" de sus padres), su canguro Mery,  Sergi, los Jaumes, Joan, Pepa, y muchos más. Pasaban meses y se acordaba de la persona que le había hecho una carantoña, y si le recordaba por haber recibido una golosina se lo podía comer a lametazos.


Ron,  te ponían la cadena cuando había pequeños para que los dejaras en paz; nunca comprendiste por qué no eran ellos los atados.




Te encantaba el agua, nada más llegar al puerto te ibas a la rampa ¡Cómo disfrutaban los peques de los optimist lanzando las botellas!, hasta que los monitores ponían órden.



Eras un glotón, te escapabas a los restaurantes conocidos y te quedabas en la puerta para que te dieran algo.



Siete años juntos paseando, jugando, ocultando las trastadas que habías hecho, buscándote cuando te escapabas, como el intento de "secuestro" del  chino, o la denuncia de unas holandesas a la policía porque te habías dedicado en la playa a romper las colchonetas.



Durará poco la tristeza de perderte por culpa de ese pérfido mosquito, pero siempre recordaremos tu bondadosa fidelidad y los ratos tan divertidos que hemos pasado contigo.

Adios Ron