sábado, 16 de abril de 2011

LA CIRCUNNAVEGACION DE UNA VACUNA

Hay historias que no deberían olvidarse. Una de ellas es la iniciada con la corbeta  María Pita, capitaneada por el vizcaino D. Pedro del Barco y España, Alférez de Fragata.


Se trata de la mayor hazaña médica que se conoce dado los medios de la época y las vidas que se salvaron gracias a  esa gesta conocida como la Expedición Filantrópica de la Vacuna,* o expedición Balmis-Salvany en memoria del médico alicantino de La Armada D. Francisco Javier Balmis, y su segundo el  D. José Salvany Llopart, médico militar natural de Cervera (Lérida) y otros sanitarios y marineros.
Para comprender la importancia de esta misión hemos de remontarnos a dos siglos a.C. en el Norte de África donde alcanza el conocimiento de la viruela. Esta enfermedad producía pandemias que alcanzaban al 90 % de los niños, con una mortandad  del 40 al 50 % de los casos, o dejando terribles secuelas como la ceguera. Solo en Europa morían  por este motivo 400.000 personas cada año. 
En 1798 Edwar Jenner, un médico de pueblo inglés, observó que las ordeñadoras de las vacas contraían la enfermedad "vacuna" sin desarrollarse la viruela. Hizo una prueba con un niño y descubrió lo que tantas vidas iba a salvar. A los dos años el  Dr. Piguillem en Puigcerdá (Gerona) y el Dr. Jauregui en Madrid fueron los primeros de España en iniciar la vacunación. 


En 1803 a raiz de declararse una epidemia en Lima y Bogotá se inicia la primera expedición sanitaria de la historia financiada con dinero público durante el reinado de Carlos IV, quien había perdido una hija por esta enfermedad. Protagonistas indispensables fueron 20 niños de 8 a 10 años de la Casa de Expósitos de La Coruña. Debido a que no existían medios de conservarción, se vacunó a los niños alternativa y períódicamente  durante la  travesía.  Al   cuidado de esas criaturas se nombró a la  directora del hospicio, Isabel Cendala y Gómez, considerada la primera enfermera internacional.  Esta verdadera heroína,  que nunca había navegado,  también embarcó a su hijo Benito e inició una aventura que duraría siete años, llena de peripecias y riesgos incluido un naufragio. Ninguno de sus ángeles, como ella los llamaba,  murió.


La expedición partió de La Coruña e hizo escala en Canarias.  Después de vacunar, zarpó hacia América arribando a los dos meses. Realizaron más de un millón de vacunas y salvaron a millones de personas. Además formaron a los sanitarios enseñándoles a conservar el virus y repartiendo  ejemplares del tratado Defensa de la Vacuna  de Moreau , traducido por el propio Balmis.
En América se dividió la expedición: unos se quedaron en el  continente y otros arrumbaron hacia Filipinas, con Isabel Cendala, de donde pasaron las vacunas a China.
José Salvany y Lleopart falleció a los 33 años, en Cochabamba, Bolivia.   Padeció innumerables vicisitudes: perdió un ojo, un brazo, naufragó y murió asistiendo a la población tras ocho años de entrega al prójimo. Balmis también estuvo al borde de la muerte, pero logró superarlo y regresó a España,  como el capitán Pedro del Barco.  Isabel volvió de Filipinas a América y se quedó allí con su hijo. A los niños les dieron a elegir entre quedarse o regresar. La mayoría volvió gracias a Balmis.
La magnitud de esta gesta queda reflejada en las palabras del propio descubridor de la vacuna Edwar Jenner: "No me imagino que en los anales de la historia haya un ejemplo de filantropía tan noble y tan extenso como este".


  Monumento a los niños*  que contribuyeron a salvar millones de seres de la terrible enfermedad de la viruela,  la única erradicada totalmente del planeta.




Haz bien y échalo a la mar; si los peces lo ignoran Dios lo sabrá
(Refranero español)



2 comentarios:

  1. Realmente interesante y emotivo ¿de dónde has sacado este pedazo de historia desconocida?

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  2. De nuestra extensa historia y, la mayoría de las veces, ejemplar.
    +

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